¿Y si practicas una oración “high-tech”?
Ordenadores y teléfonos inteligentes, tabletas conectadas, agendas y relojes electrónicos… Todos estos objetos se renuevan constantemente, siempre más bellos, más potentes, más atractivos: fundas metálicas o perladas, magníficas pantallas, funciones sofisticadas. Podemos vivir sin ellos, pero se han hecho indispensables. ¿Quién lo negaría?