Venga Tu Reino!
Hace poco una Señora me decía que iba a pedir que fuera santo y humilde como san Francisco y yo le dije: No, no pida eso. Mejor pida para que sea santo y humilde como Juan el Bautista, porque mi santo patrono, no tenía miedo a nadie, ni a las santas autoridades religiosas a las que invitaba a la conversión y dejar de hacer política; ni a los poderosos y ricos como Herodes al que le advertía que no podía vivir con la esposa de su hermano.
No hacía descuentos a la vida Cristiana, ni a las exigencias de la vida matrimonial como mucho están tratando de hacer ahora, no toleraba la hipocresía. El único temor bueno es el temor de Dios. Nunca era ambiguo en su palabras ni trataba de acomodarse a las modas y costumbres de su tiempo y dio la vida por defender la verdad y el señalaba el único camino: Cristo, el Cordero de Dios.
Ahora que hay miedo de decir la verdad y que se buscan rebajas y acomodamientos, necesitamos más santos anclados en la verdad llenos del Espíritu Santo como Juan el Bautista mi santo patrono y que sin temor sigan hablando hasta que no les metan en la cárcel y les corten la cabeza.
Padre Juan Rivas, L.C.