Dios piensa que eres más grande que tu problema. Lo que piensas de ti mismo es subjetivo. Has sido influido por las afirmaciones de tus padres, las opiniones de tus amigos, los desprecios de tus enemigos, las influencias de las parejas que has tenido, y las memorias que se han quedado grabadas para siempre dentro de ti.

Hay un dicho popular que dice: “Señor, no me des más de lo que puedo soportar”. Dios constata nuestra fe mediante diversas pruebas. En cualquier situación adversa, se requiere de una fe activa para poder superar su amenaza o el dolor de su devastación. El apóstol Santiago dice “Hermanos, considérense afortunados cuando les toca soportar toda clase de pruebas. Esta puesta a prueba de la fe desarrolla la capacidad de soportar, y la capacidad de soportar debe llegar a ser perfecta, si queremos ser perfectos, completos, sin que nos falte nada”. Santiago 1, 2-4

“…Dios cree en nosotros…”

Por supuesto que nos afligimos en la prueba. Pero Dios no nos las daría si no supiera que podemos superarlas. Si supiera que no podemos, sería un Dios tirano, cruel, a quien le gustara torturarnos para luego vernos fenecer ante la dificultad. Sin embargo, lo único que Él quiere comprobar es si nuestra fe es verdadera y nuestra lealtad incondicional. Dios cree en nosotros, en nuestra capacidad de elegir bien. Él piensa que somos más grandes que nuestros problemas.

Casi todos tenemos alguna situación dolorosa en nuestra vida con la que luchamos día a día. Pedimos a Dios que nos ayude, en silencio sufrimos, nos afligimos, sentimos temor, desesperación. Él conoce nuestro sufrimiento, también Él tiene todo bajo control. No sabemos cuánto durará ese tormento, pero sí sabemos que nuestro Padre es testigo fiel de todo lo que nos pasa, ¿cómo podremos dejarnos vencer? La lucha es en parte contra nosotros mismos, y también contra el mundo espiritual de maldad que nos oprime; la tentación es caer en desesperación y locura, pero la prueba es seguir confiando en la bondad de Dios.

“…Él nos dará la respuesta…”

Eventualmente, Él nos dará la respuesta, la salida. Hay pruebas tan grandes que, al terminar, es como si nos hubiéramos graduado en el tema de la fe. Pero la vida en Cristo está llena de retos. Dios quiere que sigamos creciendo y madurando en el amor, en la paciencia, en la virtud, de modo que podamos subir a un nivel espiritual más alto.

Dios cree que eres más grande que tu problema, ese problema con el que has peleado por mucho tiempo. No puedes creer que eres más pequeño, porque eso sería creer algo contrario a lo que Dios cree. Retoma fuerzas, espera, sigue resistiendo. Ruega que Dios te sostenga en el tiempo de la prueba. Dios te dará la salida ante la tentación de darte por vencido. “Pero Dios es fiel y no permitirá que sean tentados por encima de sus fuerzas. En el momento de la tentación les dará fuerza para superarla.” (1 Corintios  10, 13).

Este no es el final, es sólo el final de una fe más grande, de una vida más fuerte, de un carácter más perfecto. Confía, sigue esforzándote. Si Dios cree que eres más fuerte que tu problema, es porque lo eres… y con su ayuda, vencerás.

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