Alabado seas tú, Señor,
que has sido misericordioso conmigo.
Alabado seas tú, Señor,
que me has glorificado por el anonadamiento de tu pasión. Alabado seas tú, Señor,
que en tu bondad te has hecho mi guía.
Alabado seas tú, Señor,
que me has colmado de tu sabiduría.
Alabado seas tú, Señor,
porque me has protegido con tu poder.
Alabado seas tú, Señor,
porque me has santificado con tu gracia.
Alabado seas tú, Señor,
porque te has revelado a nosotros en tu luz.
Alabado seas tú, Señor,
porque, por medio de tu amor, nos has puesto por encima de todas las criaturas.

Santa Matilde de Magdeburgo