“Haz que sean puros, porque sin pureza,no hay amor, sino egoísmo…”

Amamos tanto a nuestros hijos… Por eso los encomendamos a nuestro Padre que también es Padre de nuestros hijos, con esta plegaria recogida en el libro Una preghiera al giorno toglie il diavolo di torno.

Si queremos que crezcan en gracia, encuentren el buen camino, y sean fuertes antes los problemas de la vida, pongamos toda nuestra confianza en Él y en su madre María. Dios no desatenderá nuestras suplicas.

Te damos gracias, Señor, por el don de nuestros hijos. 
Sabemos que los amas con un amor más grande, 
más poderoso, más puro que el nuestro; 
por eso te los confiamos a Ti. 
Sé Tú para ellos el Camino, la Verdad y la Vida, 
el verdadero amigo que nunca traiciona. 
Haz que ellos crean, porque la vida, 
sin fe es una noche desesperada. 
Haz que sean puros, porque sin pureza, 
no hay amor, sino egoísmo. 
Haz que crezcan honestos y laboriosos, 
sanos y buenos como los soñamos y como Tú los quieres. 
Dígnate elegir y llamar a alguno de ellos 
para el advenimiento de tu Reino. 
Haz que seamos para ellos un ejemplo brillante 
de virtud y guía segura. 
Dona eficacia a nuestra palabra, fuerza constante 
a nuestra acción formadora y de testimonio. 
Y tú, María, que conociste las alegrías inefables 
de una santa maternidad, 
danos un corazón capaz de transmitir 
una fe viva y ardiente. 
Santifica nuestras ansiedades y nuestras alegrías 
haz que nuestros hijos crezcan en virtud y santidad 
por tu obra y por la de tu Hijo Divino. 
Amén

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