No temas pequeño rebaño porque mi padre se ha dignado daros el Reino.

Lucas 12, 32

Hace unos días escuchamos en la misa dominical este hermoso mensaje que deberíamos tener impreso en la sala de nuestro hogar.

¿Qué quiso decir Jesús con esta frase que no va dirigida a sus apóstoles sino a sus ovejas,  a un pequeño rebaño?

Jesús no nos abandona, no abandona nunca a sus ovejas, aunque los pastores anden confundidos o se conviertan en guías ciegos de ciegos, por el contrario, el nos protege, defiende y carga sobre sus hombros. Nada pasa en el mundo ni en la Iglesia donde Dios no este en control, pero deja que los malvados y los orgullosos se engrían, la cizaña crece y abunda en el campo de Cristo, pero el guarda a su trigo limpio en el granero. El nos cuida, el nos protege mediante el Espíritu santo y la Virgen María.

No temas. Quiere decir que van a venir cosas en el mundo y en la Iglesia que nos atemorizan o confunde, pero no debemos temer porque el es un Dios poderoso que nos ama. Si nos amara, pero no fuera poderoso, no podría hacer nada por nosotros y si fuera poderoso, pero no nos amara, le temeríamos a él. Pero si mi fe está firme en el Señor todo poderoso y me confianza esta puesta en el porque sé que me ama, todos mis temores desaparecerán.

Por eso el que teme no tiene fe, y el que tiene fe no teme.

Muchos han puesto su confianza en la ciencia sin ética, en la ciencia que promueve la cultura de la muerte, perola ciencia ni la técnica te podrá salvar. Solo la fe en Dios, en Jesús nos salvara.

Lo importante es pues entrar dentro de ese PEQUEÑO REBAÑO, de ese resto fiel perseverando en la fe y en la caridad, dejándonos guiar por la escritura la tradición y el magisterio perenne de la Iglesia.

Teniendo nuestra túnica de la gracia limpia, nuestra lámpara de la fe encendida y aprovechando el tiempo que tenemos para hacer obras de caridad y misericordia.

No se cansen de hacer el bien, de perdonar y reconciliarse con todos. Dejen pleitos, enojos, insultos y recriminaciones. Conserva la paz para que puedas pasar con tranquilidad por en medio de la tormenta y la oscuridad.

“Aunque camine por cañadas oscuras nada temo porque tu vas conmigo tu vara y tu cayado son mi consuelo”.

Salmo 22

Padre Juan Rivas, L.C.

Tulum, Quintana Roo, México