¿Eres amante del surf? Entonces lo que viene a continuación te va a sonar mucho, porque son lecciones de vida que este deporte te sirve en bandeja constantemente y las habrás experimentado.
Si no practicas surf, pero has visto imágenes de aficionados y profesionales que lo practican, te gustará comprobar lo similar que puede ser nuestra situación en la vida ordinaria a un encuentro con las olas.
Bienvenido a un estilo de vida inspirado en el surf:
Antes de meterte en el mar, mira el cielo
A veces nos enfocamos tanto al problema concreto que se nos presenta o a la realidad más inminente que dejamos de ver el contexto. Un buen surfista, antes de meterse en el agua, mira al cielo para saber cómo le va a resultar el día. Así podrá prevenir tormentas o sabrá que puede estar tranquilo durante unas horas. Hay que leer las nubes, saber cuántas horas de sol nos quedan para calcular la subida de la marea…
En definitiva, sé prudente y analiza el problema en un horizonte más amplio. Eso te permitirá prever el futuro y prevenir posibles riesgos.
Nunca tomes una ola de frente
De nada sirve chocar de cabeza contra los problemas o las dificultades. En cuanto a las olas, es más sabio ver qué dirección toman, seguirlas y colocarse en esa misma dirección. Entrar dentro de la ola y desde ahí uno puede redirigir las acciones para que resulten favorables. De este modo, aprovechamos la energía, la velocidad y la fuerza de lo que se nos presentaba como un enemigo y conseguimos que esos valores vayan a nuestro favor.
En la vida, surfear nos evitará enfrentamientos directos que no conducen a nada o que lastiman el trato personal. En cambio, podremos conseguir que un problema tome otro rumbo. También podremos hacer que disminuya el impacto de un golpe.
Contempla la belleza de cualquier situación
Incluso los asuntos más sesudos pueden estar llenos de belleza. En cada trabajo que debas resolver puedes encontrar orden, equilibrio, armonía. En el surf uno contempla las maravillas del mar vivo y la formación de las olas, y puede apreciar formas geométricas como los paraboloides hiperbólicos, los hiperboloides… El oleaje siempre forma sinusoides y tricoides. Todo eso es muy científico, pero ¡al mismo tiempo muy bello!
Cada día el mar es un reto distinto
La mar nunca es igual. Cada día hay que afrontar nuevos retos. Al meterse en el agua, uno va encontrando olas y va decidiendo cómo actuar. Eso tiene una parte de mecánica, de rutina y entrenamiento; pero también una parte de sorpresa y novedad. Lo importante es no pensar nunca que conocemos suficiente el mar como para fiarnos de él y no prestar atención. Hay que estar siempre vigilantes. Y en la vida ocurre igual.
Ve siempre de menos a más
La experiencia es un grado. No quieras correr y saltarte pasos. Cuantas más olas hayas cogido, más preparado estarás para surfear por la siguiente. En 2018, el brasileño Rodrigo Koxa alcanzó a surfear una ola de 24,38 metros y con ello se alzó con el récord mundial. Pero antes de llegar a ese triunfo hubo muchos días de entrenamiento y de trabajo con olas de todas las alturas y velocidades. No desprecies el valor del esfuerzo: cada día hay que trabajar y dar pasos.