Los desacuerdos son una parte normal de cualquier relación. La diferencia está en cómo se discuten.

Chloe Langr

El asesoramiento preconyugal fue una de las mejores cosas que mi marido y yo hicimos de novios para prepararnos para nuestra vida juntos, que acaba de comenzar. En las sesiones, Joseph y yo aprendimos diferentes maneras de abordar los conflictos así como técnicas que podíamos usar para mejorar nuestra comunicación.

A pesar de lo que las novelas intentan decirnos, el matrimonio no es un cuento de hadas. En él hay desacuerdos y también peleas. En el curso prematrimonial nos desmontaron mitos de hoy sobre el amor y el matrimonio. Aprendimos que el amor no es una emoción. Es una decisión pues habrá ocasiones en las que dediciremos amarnos aunque estemos de mal humor o no sintamos el enamoramiento de nuestra juventud.

Llevamos 5 meses casados y, a pesar de que Joseph y yo discrepamos sobre las cosas, nunca levantamos la voz, ni azotamos las puertas o ni dejamos las conversaciones a medias en medio de un enfado. No tenemos peleas explosivas pero eso no nos vuelve de ningún modo una pareja perfecta. Como todos, tenemos nuestras fallas. Yo, un temperamento terrible. Pero, nos hemos comprometido a mantener discusiones serenas por el bien de nuestro matrimonio.

Los desacuerdos son una parte saludable de las relaciones y cada pareja los tiene pero, lo importante es tratarse bien durante las discusiones. La clave está en cómo se discuta. El conflicto es parte de cualquier relación pero es crucial no dejar que los malentendidos destruyan el amor mutuo.

Aquí hay 4 consejos que aprendimos en nuestro curso para lograr comunicarse bien, incluso cuando la persona que amas se está poniendo nerviosa.

1. No evites los conflictos

Plantear el problema os evitará que explote más tarde cuando ya no puede ocultarse de ninguna de las manera. Abordarlo os permitirá solucionarlo y reforzará vuestra relación. De lo contrario, poco a poco, aunque no os deis cuenta os alejáis y el problema se agrava.

2. Usa el “yo” no el “tu”

Una técnica de discusión justa que nuestros consejeros prematrimoniales subrayaron fue la importancia de las declaraciones “yo”. En lugar de decir “Tú siempre te olvidas de ayudar a lavar los platos”, la afirmación puede reformularse con “Yo no me siento bien cuando no te pones conmigo ayudas a lavar los platos después de cenar”. Las declaraciones que empiezan con “yo” ayudan a evitar reacciones crítica y defensivas que inician con “tú”.

Investigaciones de la Universidad de Colorado muestran que las declaraciones con “yo” pueden ayudar a una pareja a trabajar los desacuerdos ahora y en el futuro. “Aunque eso no resuelva completamente el problema, mantiene una buena relación de colaboración entre las dos personas”, explican. “Es más probable que se generen más interacciones cooperativas en el futuro que con el abordaje acusatorio del ‘tú'”.

3. Pide disculpas

Si necesitas pedir disculpas a tu cónyuge por perder los estribos, no escuchar bien, u olvidar de ayudar a lavar los platos después de cenar el día anterior, no tengas miedo de ser la primera persona en decir” “Lo siento  mucho, ¿me perdonas, por favor?” Aunque esas palabras puedan ser difíciles de decir a veces, en mi matrimonio, he descubierto que, a veces, las palabra más amorosas en un matrimonio no son “te amo”, sino “discúlpame”.

Un pedido de disculpas nos ayuda a darnos cuenta del poder de nuestras palabras y acciones, y nos permite asumir la responsabilidad por el hecho de que nuestra rabia haya perjudicado a la persona que amamos. Tener la humildad de admitir que estabas equivocado y pedir perdón rompe las barreras entre tú y tu cónyuge y ayuda a reconstruir tu relación, volviéndola más resistente en los próximos años.

4. No saques los trapos sucios

Cuando la frustración, conflicto o desacuerdo surgieran en tu matrimonio, acuérdate de mantener las conversaciones sobre los problemas específicos. Puede ser fácil culpar a tu cónyuge, diciendo que “él siempre se olvida de lavar los platos”, o “nunca te acuerdas de tirar la basura”, pero las declaraciones generalizadas sobre las acciones de tu cónyuge pueden hacer que él se sienta defensivo y alentar argumentos innecesarios.

Caroline Swatt-Eldredge es una consejera profesional licenciada en Houston, Texas. Ella aconseja que, cuando la pareja discute, se mantengan conversaciones enfocadas en la discusión en cuestión. “Concéntrate en lo que ha acabado de suceder y no viajes hacia otros incidentes que apoyen tu reivindicación”, explica ella. “Al lidiar con las cosas que ocurren, tú puedes limitar la intensidad alrededor del problema y tener un abordaje más suave”.

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