Algunas veces estaremos acostados en la cama, inquietos y sin poder dormir. Si bien hay innumerables técnicas relajantes que se pueden intentar, una forma de tranquilizar tu mente es comenzar por tu alma.
Una de esas oraciones que se pueden rezar una y otra vez, a menudo enfocándose en tu respiración, es esta inspirada en el Salmo 31. El resto de la oración está tomada del Golden Manual, un libro de devociones de oración de mediados del siglo XIX.
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Me has redimido, oh Señor Dios de la verdad.
Dormiré en paz y descansaré.
Es una oración de resignación, dar a Dios todo lo que eres y permitirle que te dé una noche de sueño tranquilo.
Si estás acostado en la cama y te preguntas qué hacer, intenta rezar esta breve oración y descansa bajo el cuidado vigilante de Dios, tu Padre Celestial.