Comprueba que tu relación cuenta con estas características y revisa si has descuidado algún aspecto.

¿Cuáles son las notas que distinguen a una persona que es feliz en su relación de pareja? ¿Hay un guion de puntos clave para saber si aciertas antes de decidir con quién vas a casarte?

El índice Pemberton apareció hace unos 10 años para analizar la felicidad individual de las personas. Es un estudio realizado (en un primer momento) a 3.000 entrevistados, con un cuestionario de más de 900 preguntas. Esta investigación logró ser distinta de los estudios sobre felicidad que se habían propuesto anteriormente, porque tiene en cuenta muchos más factores.

Años más tarde, el índice Pemberton sigue aportando resultados sobre los más variados aspectos de la persona. Uno de ellos es el conjunto de rasgos que poseen las personas felices que viven en pareja.

¿Cuáles son las bases de una relación feliz? ¿Cómo mejorar la calidad de la vida de pareja en el matrimonio? A juzgar por las respuestas de los entrevistados que participan en la elaboración y puesta al día del índice Pemberton, son clave las 7 características siguientes:

Admiración

Da igual si uno tiene una profesión relevante y otro no. Lo importante es que él y ella se admiren: por su bondad, por su capacidad de organización, porque tiene su mismo carácter o porque tiene el carácter completamente opuesto, porque es guapo, porque es curvy o porque es delgada, porque lucha siempre, porque tiene prestigio profesional, porque es cuidadoso, porque reconoce sus errores, porque destila pasión… Cuando hay admiración se nota en las conversaciones con terceros: se habla del otro con un tono distinto.

Apoyo

El otro en la pareja es la persona en quien puedo confiar, que me presta el apoyo incondicional a pesar de sus limitaciones de edad o de salud o de carácter. Saberse apoyado en el presente y en el futuro aporta calma y paz a la relación. Es un factor de estabilidad esencial.

Compromiso

Saber que estás con una persona que quiere amarte para siempre da seguridad y ayuda a emprender retos que de otro modo nos superarían. Por eso es tan importante el matrimonio como relación de pareja que trasciende a un presente. No importa la situación económica o la salud o la edad… quiero amarte siempre y me comprometo a luchar por hacerlo. No significa que vayamos a ser perfectos, pero sí lo intentaremos y eso produce gran felicidad en quien recibe nuestro amor.

Respeto

Se logra a base de educación y de conocer al otro para saber qué grado de sensibilidad tiene. El respeto no es algo subjetivo, es algo que se consigue vivir cuando se ama profundamente al otro y no se le quiere ofender nunca. Las personas respetadas se sienten bien tratadas, cuidadas, “mimadas” y eso es un preámbulo para la felicidad de la pareja.

Pasión

A la edad que sea, la felicidad de la pareja requiere chispa, creatividad, innovación. Hay que vencer el aburguesamiento, el acostumbrarse a lo malo. Hay que ennoblecer el corazón y no dejarlo al arbitrio de la fantasía. Uno no puede bajar la guardia y ha de “trabajar” el amor cada día. Hay un refrán español que dice: “A la olla que hierve, ninguna mosca se atreve”. Si el matrimonio vibra con pequeños detalles y con una relación sexual adecuada a cada momento, es mucho más sencillo que tanto él como ella no estén pendientes de otros, aunque intenten llamar su atención.

Sentido del Humor

Son más felices las parejas que manifiestan poner sentido del humor a lo que les va ocurriendo. Es importante rebajar las tensiones, observar desde la distancia los malos momentos, reírse de uno mismo, ser humilde y hacerse protagonista de las meteduras de pata que acaban en risas compartidas. La felicidad se logra si uno trata con sabiduría (y amor) las imperfecciones y miserias de uno mismo y del otro.

Compartir experiencias divertidas

Los que se divierten con su cónyuge son felices, de modo que: viajad juntos, haced deporte juntos, id al cine o al teatro o a ver un musical… juntos. Practicad recetas de cocina, aprended una nueva afición, id a los actos sociales juntos, compartid chistes por WhatsApp… O sencillamente, sentaos en el sofá el viernes por la noche juntos y comenzad a ver una serie de humor en la televisión.