Si alguien te dijera que hay algo que puedes hacer que puede asegurar que tu matrimonio durará toda tu vida y que solo te tomará cinco minutos al día, ¿no lo harías? Bueno recen juntos todos los días, ¡eso es todo!
El matrimonio no es sobre una pareja, sino una trinidad, la tercera persona es Dios y tenemos que permitir que Él sea parte integral de este para que sea saludable.
Por ello, te compartiré dos oraciones muy bonitas, que ayudarán a restaurar matrimonios de manera increíble. Sólo anímate a confiar en Dios y su Palabra.
Primera opción: “Que ese amor que tú bendijiste brote nuevamente…”
Jesús, aquí estamos, los dos frente a ti, como aquel día en que recibimos el sacramento del matrimonio. Como aquel día en que bendijiste nuestro amor. Pero ahora Jesús estamos derribados, secos, lejos de ti, sin el agua de tu amor.
Y ya nuestro amor se ha secado, derrama tu Santo Espíritu sobre nosotros, para que nos limpie, nos lave, nos restaure y nos renueve, para que ese amor que tú bendijiste brote nuevamente.
Jesús, corta y libera toda atadura de ambos al pecado, aleja todo espíritu de infidelidad, paséate por nuestra familia, por nuestro hogar, bendice a nuestros hijos, bendice nuestras vidas. Permite, Señor, que yo sea lo que mi esposo/a anhela, y que él/ella sea lo que yo anhelo.
Señor, restaura ese sacramento fuerte por el que estamos unidos. Sana, Jesús.
Jesús, que la Sagrada Familia se mude a mi hogar, para que sepamos criar a nuestros hijos, al estilo de María y José, y para que nuestros hijos sean como Tú. Mándanos a tus santos ángeles, a los arcángeles san Rafael, san Gabriel y san Miguel, para que nos protejan.
Derrama tu preciosa sangre sobre este matrimonio, sobre el hogar, sobre la familia, y Madre María, cúbrenos con tu manto. Amén.
Segunda opción: “Así pues lo que Dios ha unido, que no lo separe en hombre”. (Marcos 10,9-10)
Estimada Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, gracias por el profundo don del sacramento del matrimonio. Gracias por el magnífico regalo que es mi esposo(a), a quién Tú, perfecta providencia, planeó para mí desde toda la eternidad.
Permite que siempre lo (la) trate como realeza, con todo el honor, respeto y dignidad que merece.
Ayúdame, Señor mío, a ser desinteresado en mi matrimonio, para darlo todo por mi esposo(a), son ocultar nada, sin esperar nada a cambio, reconociendo y agradeciendo todo lo que él (ella) hace por mí y nuestra familia todos los días, ¡Es mucho!
Por favor, fortalece y protege nuestro matrimonio, así como todos los demás. Ayúdanos a orar juntos todos los días. Permítenos confiar en Ti todos los días, de la forma que mereces.
Por favor haz que nuestro matrimonio sea fructífero y abierto a Tu voluntad en el privilegio de la procreación y el cuidado de la vida. Ayúdanos a construir una familia fuerte, segura, amorosa, llena de fe, una Iglesia doméstica.
Estimada Santísima Virgen María, confiamos a ti nuestro matrimonio, ampara a nuestra familia siempre bajo tu manto.
Tenemos plena confianza en Ti Señor Jesús, porque siempre estás con nosotros, y buscas constantemente lo mejor para nosotros, trayendo todo lo bueno, incluso las cruces que has permitido en nuestras vidas.
Querido (nombre del cónyuge): Tú y yo somos uno. Te prometo que siempre te amaré y seré fiel a ti, nunca te abandonaré, daría mi vida por ti. Con Dios y contigo en mi vida lo tengo todo.
Gracias Jesús, Tú eres el gran servidor. Te amamos. Amén