Dios mío, te ofrezco todas las acciones que voy a hacer hoy, por las intenciones y la gloria del Sagrado Corazón de Jesús; quiero santificar los latidos de mi corazón, mis pensamientos y mis obras más sencillas, uniéndolas a sus méritos infinitos, y reparar mis faltas vertiéndolas en el horno de su amor misericordioso.

Dios mío, te pido para mí y para los que quiero, la gracia de cumplir perfectamente tu santa voluntad; de aceptar, por tu amor, las alegrías y las penas de esta vida pasajera, para que un día nos reunamos en el Cielo para toda la Eternidad. 

Amén.