1. Prepararnos a la Palabra (Statio) Hacer silencio exterior e interior. Estar en la presencia del Señor, contemplando. Hacer una oración de petición: Humildemente te pedimos a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, que, meditando fielmente tu palabra, vivamos siempre en tu claridad. Te lo pedimos a ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

2. Lectura creyente (Lectio) Proclamar el texto saboreando la Palabra y descubriendo el mensaje de fe que guarda el texto bíblico. ¿Qué dice el texto? Fijarse en todos los detalles: personas, circunstancias, actitudes, lugares, expresiones, cantos…

3. Meditar la Palabra (Meditatio) Hacer una breve reflexión sobre el Evangelio leído. La lectura hecha, ¿qué me dice a mí, personalmente? ¿Qué me sugiere? Mirar la escena y nuestra propia vida. ¿Cómo lo estamos viviendo en nuestra familia, grupo, parroquia…?

4. Orar con la Palabra (Oratio) Desde el texto leído y meditado, Palabra de Dios, ¿qué le decimos ahora al Señor? Oramos, dialogamos y entramos en conversación personal con el Señor. Compartir lo orado, con la comunidad.

5. Contemplar al que es la Palabra (Contemplatio) ¡Quiero identificarme contigo, Señor! Contemplo a Jesús: en el trasfondo de esta escena, en su vida…

6. Vivir la Palabra, compromiso (Actio) ¿Qué debo hacer yo? ¿Qué quieres, Señor de mí? ¿A qué me compromete el mensaje de fe que hemos visto en este relato? Quienes se han encontrado con Jesús no pueden callar la noticia… 

Oración de Acción de Gracias

Gracias, Padre, por tu presencia y cercanía en este rato de oración, y por la luz y la fuerza que nos has dado.
Ayúdanos a vivir según tu voluntad, sirviendo siempre a nuestros hermanos.

Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
Amén.

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